sin pensarlo

cuando la luna se ocultaba bajo mi almohada aún se podía sentir el frío aliento de la muerte vacilante... nunca antes fui tan feroz como entonces...
podía oler el miedo aún cuando éste trataba de perderse entre sonrisas y palabras vanas...
se escribía una historia en ese momento con musas, dioses, flores, hadas y canciones... todo lo necesario para que una lágrima sea suficiente para igualar al mar y un amor lleve a la eternidad...
mientras el cincel daba los últimos toques, yo observaba en silencio buscando la manera de modificar lo que no me complacía y cubriendo con una orquídea aquellos detalles que no valía la pena mostrar...
así sigo hoy en día... fingiendo que nada sucede, buscando respuestas, arreglando momentos, reescribiendo la vida...
como de costumbre...