pensativa

de qué depende que en determinado momento acudamos a una persona y no a otra si hasta cierto punto todas nos dan la misma confianza y el mismo apoyo?
por qué a veces pensamos que es una persona específica quien nos tiene que escuchar y no aquella a quien tenemos a un lado?
a qué se debe esa necesidad de refugiarse en quien quizá no ha formado parte significativa de nuestras vidas y no en quien está constantemente caminando con nosotros?
acaso tenemos miedo? será que estamos hartos de aferrarnos a aquello que invade nuestra mente y necesitamos que nos sacudan una y otra vez?
la idea no es despreciar, sino quizá encontrar la imparcialidad total para no errar en el camino ni consumirnos en la desolación...
la derrota no es el fin de la batalla...