sabia naturaleza...

la pequeña niña jugaba como siempre con su vieja muñeca de trapo e imaginaba que juntas viajaban al paraíso y desde allá juntas podían resolver el mundo...
no era necesario cerrar los ojos y concentrarse... era tan mágica su fe que se transportaba casi en automático con tan solo ver los ojos de su esperanzada muñequita...
en aquellos días todo era posible, incluso se podía conversar muy de cerca con el sol y la luna... eran ellos los guardianes de la paz, los fieles escuderos de la vida...
en un momento de extrema soledad, la niña fue incapaz de sostener en sus manos el peso de su compañera... gritó horrorizada, un par de alas brotaban de su cuerpo y lentamente comenzó a empequeñecerse...
quiso saber qué sucedía pero sus consejeros se encontraban ya muy a la distancia... empezó a temblar de miedo y luego escuchó una voz que le decía que no había de qué temer porque este era momento de dejarse llevar...
poco a poco se le fue explicando que con tanta pureza había sido elegida para proteger el mundo... parecía una broma, ella no había pedido eso pero no tenía opción... era solo una prueba y al final ella podría elegir...
pasó un tiempo en ese estado y conoció la verdad desde los ojos de una sabia... hasta que llegó el momento de tomar la decisión más grande, volver a ser mortal y continuar con su rutina propia de humanos o quedarse mágica e inmortal para ver por la humanidad...
se sintió perdida hasta que decidió consultar a quien consideraba única fuente de confianza: su olvidada muñeca... ésta le dijo que siguiera su corazón y así lo hizo...
prefirió ser hada, volar despacio y hablar al oido para lograr ser escuchada y darle nuevos motivos al mundo... entonces el universo quedó maravillado con su bondad y le dió la oportunidad de mezclar sus sueños...
se le devolvió su forma humana, su ilusión y su inocencia pero a la vez se mantuvo extraordinaria e inmortal...
de la misma manera, se le asignaron nuevas tareas... iluminar su alrededor, reconfortar al desvalido y guiar hacia la sabiduría...
no imaginaba lo que eso sería pero tomó el reto, sabía que cuando no tuviera una respuesta, su ya descolorida muñeca le devolvería la tranquilidad para continuar...
el fin de aquellos días llegó de pronto pero ella se mantuvo firme y aún se le puede ver rondando cuando se es lo suficientemente niño de corazón...
quién diría que el viento dejaría de soplar...